Los estereotipos (como idea o imagen de ser, sentir, pensar, actuar) son creados en y por la sociedad. Son difundidos y socializados a través de discursos, enseñanzas, acciones desde las diversas instituciones sociales (familias, escuelas, etc.). Se los entiende como inmutables y por eso están tan naturalizados. Son maneras de categorizar a las personas desde una perspectiva de normalidad y dualidad, y dependen de cada grupo social.
En los estereotipos se conjugan una serie de características de valor negativo para nombrar a las personas y categorizarlas por fuera de lo normal que espera la sociedad (dualidad biológica mujer-varón).
Lo grave de los estereotipos es que limiten y vulneren los derechos que todos tenemos como personas. En cierto punto, la vulneración de los derechos es resultado de la perspectiva desde la cual están creados: una perspectiva androcéntrica, centrada en el “hombre-varón-masculino” como manifestación de lo normal o ideal. Más que hablar de vulnerabilidad, se puede decir que los derechos no están totalmente efectivizados.
Después de muchas luchas y debates, sólo hace muy poco tiempo se empezaron a reconocer ciertos derechos en Argentina: identidad de género y matrimonio igualitario.
Muy interesante post. Aprecio tu compromiso.
Gracias por compartir. Muchos saludos, Aquileana 😛
Muchas gracias Aquileana. El compromiso por lo social presente en todos los aspectos, por eso mi blog se llama ciencia y arte en lo social. Te envio un saludo!! Romina.